Si pudiera tener
control sobre algunas cosas la vida sería más simple y menos ofuscada. Podemos
sentir el peso de la impotencia, y saber que es imposible levantarlo. LA
impotencia pesa toneladas, ejerce presión sobre la mente huma. Nos pesa
millones de quilos, nos pesa horas de maquinaria mental. La impotencia no tiene
solución más que en el proceso interno de uno mismo, la impotencia no se va con
una puteada, no se va con la ira, no se va con romper todo, no se va con nada.
La impotencia tal vez se vaya con el tiempo, con el correr de los días o lo que
es aún peor, quizás se potencie, la impotencia. La impotencia es eso, es
potencia que no se puede ejecutar, que no se puede ejercer, la impotencia
significa algo reprimido, “me da una impotencia”, la impotencia es poder hacer
de todo por algo o por alguien, pero saber que todo es en vano, o que por algo
no lo podes hacer.
impotencia.
(Del lat. impotentĭa).
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En este caso,
claramente, sería aplicable la primera, pero la 2 y 3 no dejan de estar
íntimamente relacionadas con la impotencia. Seguimos hablando de una
incapacidad, de una falta de poder. Y no es que uno no tenga el poder interno,
sino es que no lo puede exteriorizar por algún motivo.
Hoy soy impotente, y
no porque no pueda concebir, o no pueda realizar el coito, sino porque me falta
poder para dirigir mis propios actos, para controlar algunas cosas. Y lo peor
de todo, es que creo desde la génesis humana son, en diferentes medidas,
incontrolables: las emociones.
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