Somos hermosos cuando lloramos, porque exudamos verdad. Cuando lloramos solos, sobretodo, se nos va la verdad en el llanto, como cuando nos tentamos de risa, nos tentamos de llanto y no podemos parar. El llanto sanador que sabe que llora miles de palabras sueltas, miles de nosotros que quedaron por allá atrás. Llora, llora el Alma porque necesita limpiar. Es hermoso el llant
o porque es tanta verdad, el llanto no buscado, ese que no se puede explicar. El cierre de Año así como lo conocemos hace un montón viene con mucha energía Capricorniana, Venus, el Sol, Mercurio (le falta, pero está por llegar), Plutón, Saturno están todos ahí, en la casa de Miyagi San. El maestro que parece frío, que exige, que no llora ni se sensibiliza. Pero en realidad, es el maestro de la Realidad. Agradezcamos que el año cierra mostrándonos todas las Verdades y la Realidad tal cual es, o debería decir, agradezcamos que decidimos ponernos los lentes más transparentes que conseguimos, y, sin anestesia alguna, ni placebo, ni fantasía, concebir.nos tal cual somos. Eso puede doler, claro, pero de eso aprendimos este año. Así que, dale, no sigas teniendo vergüenza de llorar. Y seguro ese llanto sea un mix: por un lado dolor de la parte tuya que se murió, por el otro, la celebración de haberte animado a hacerte tu propio camino, por otro la alegría de haber descubierto el amor que te rodea, y por el otro, el placer irremplazable de saberte en la búsqueda. Entonces así, el #deseo, la #mente, la #estructura, la #transformación están a tu servicio, serios, pero reales. Todo está sucediendo aquí y ahora.
Texto: @sil_mucelli
ph: Nevan Doyle

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