Será momento de extrañar
las olas que sonaban todos los días para mí,
que despertaban todos mi sentidos
haciendo melodías sin fin.
Será momento de olvidar
despertar con el mar todos los días,
mirarlo y sentir cómo sus olas
cambiaban todos los días de vida.
Será momento de imaginar,
de cerrar los ojos y viajar
que jamás dudé en grabar.
Será momento de cerrar los ojos y sentir
cómo el frío atravesaba mi piel
el placer que me daba
sentir el invierno crudo entrando por mis
pies.
Será momento de no olvidar,
las charlas que el mar y yo nos supimos dar
los secretos más hondos y las dudas más
sinceras
que nos llegamos a contar.
Será momento de recordar
el olor a naturaleza en uno de los estados más
puros,
recrear cada instante
de uno de los inviernos más hermosos y más
crudos.
Será momento de cerrar los ojos y ver
todo el verde que me rodeaba
los pinos, los eucaliptus, los álamos
toda esa naturaleza desenjaulada.
Será momento de dejar que las raíces se
acomoden,
que el viento sople, que las aves migren,
que los corazones salten
y que las vidas vibren.
Será momento de entender
que los lugares no se mueven,
estarán siempre intactos
como estatuas espirituales.
Al mar le debo:
Mis más hermosas conversaciones
Una sonrisa plena y un mundo lleno de
sensaciones.
No haber perdido la cordura,
encontrarme en la paz de su hermosa bruma.
No haberme abandonado
Haberme siempre escuchado.
Al mar le regalé mis confesiones,
como quien tira las cenizas del ser amado
Sabe que ahí, en esa inmensidad,
hay a la vez una gran seguridad.
Al mar le debo la experiencia de la vida
transitar y compartir qué significa la
alegría.
Al mar le debo, nunca haber perdido la paz
la calma y la sonrisa de estar en ese lugar.
La naturaleza compensa todos los males que nos
puedan suceder,
pero eso no nos priva de llegarnos a perder.
Será momento de sonreír
Porque al fin entendí
Que siempre puedo volver
A todos los lugares donde fui y soy…feliz.
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