viernes, 9 de febrero de 2018

Fuego

¿Qué quedó atrás? 
Hoy. La determinación de buscar un amor simple y real, muy real. Y los movimientos físicos de sanar, de limpiar una vez más ese swadhistana tan herido, tan, tan bastardeado, esa división ilusa en la que nos crían. Hacernos creer que podemos separar el sexo del amor. Cómo si eso fuera posible. Porque sentir de verdad, quema de tan fuerte, quema y podes correr el riesgo de confundirte de sensación. De ese momento de la vida donde TE QUEMARON. TE SECARON.
Donde todavía no eras consciente de que justamente para estar hoy acá, cerca del fuego, y no tener miedo, ni un poco y entregarte a la misión, tuviste que conocer ese otro y hoy cuidar como el tesoro más puro tu llama, tu fuego interior. Como en la peli “El Castillo Ambulante,” sin el fuego se detiene la vida, dejamos de andar. Este fuego quema y duele pero ya no es sufrido, incomprendido, hoy es abrazado y plenamente creativo

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