Suspiro. Suspiro, suspiro.
“Tenés suspiros,”
una vez me dijo el médico.
“Con el amor no alcanza,” dicen las amigas.
“Lo que sucede conviene,” es el eslogan del
momento.
Flotamos en el aire de la eternidad.
Hola, Valentín, hoy es tu día y me gustaría festejar.
Bailan
mis ilusiones, se desnudan en tu fiesta,
me
invitan los corazones y también llamamos a la orquesta.
Brindo por el amor que supimos conocer,
el que vendrá y el que dentro nuestro no deja
de crecer.
Brindo por el amor propio que es el más puro
que tenemos,
el amor que nos encuentra solos y sinceros.
Ese amor propio que debería ser el primero,
ese que habla un idioma que no es perecedero.
Amor.
¿Viste cuando en las novelas hablaban de dejar
todo
e irse para amarse de verdad?
Ahora
entiendo cuál era la realidad.
“Julieta” debería haberme llamado
y no esperar que Romeo sea mi enamorado.
Amor que vibra en todos los niveles,
en
todas las consciencias,
amor,
amor ¿perdimos la inocencia?
Amor a destiempo, amor separado.
Hoy leí en algún lado
que hay un chakra que
lidia con la ilusión de la separación
y claro, todo, todo, todo, está conectado.
Vos y yo, ella y él, nosotros.
¿Los de antes, o los de ahora?
Le debo a Benedetti entender
que para los enamorados también pasan las
horas.
Separación.
Hasta cuando estás separado,
estas superando
en conjunto.
Subiendo escalones, cada uno por su lado,
pero si uno sube o baja es
porque subió o bajó
alguien del otro lado.
Amar-nos.
Qué palabra ambigua,
A la que pocas veces le podemos hacer justicia.
Lo bueno es que el amor tiene sabiduría
propia,
El amor sabe cuando encuentra si sabe lo que
busca
El amor debería ser nuestra religión
Porque solo SIENDO amamos
Y solo amando podemos llegar a SER.
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