sábado, 14 de marzo de 2015

Limpieza Profunda

"Las lágrimas son un río que nos lleva a alguna parte.El llanto crea un río alrededor de la barca que transporta nuestra vida espiritual. Las lágrimas levantan la embarcación por encima de las rocas, por encima del terreno seco, y la transportan río abajo a un lugar nuevo y mejor." 
Clarissa Pinkola Estés 

No paran de salirme gotas por los ojos. Es un caudal de agua el que ya se ha ido y aparenta, por mis movimientos en el vientre y mis apretones en el pecho, que va a seguir.

Es como si muchas “yo” estuvieran sacando a baldazos agua estancada. Pareciera que había lugares de mi historia y mi historia anterior a esta historia inundados. Parece que la niña que esta destrozada porque se rompió su muñeca preferida, la niña que esta enojadísima pero es muy pequeña para entender por qué, la niña que extraña a su abuelo, todas esas niñas decidieron sacar su agua hoy.

También parece que la adolescente no había liberado del todo su cuarto. Había restos de goteras, de emparches que siguieron teniendo pérdidas que llenaron algunos baldes para sacar. Entonces, de mis ojos, los mil y un recuerdos y dolores y enojos y tristezas parecieran estar saliendo.

Y se mezclan con los baldes de la limpieza de domingo, agua de regar las ideas para que no mueran. Se mezclan con el pasado reciente y el llanto y lluvia torrencial del corazón partido en pedacitos. Mi cuerpo tiene la necesidad de encogerse, se contrae, como si fuera a escurrir aún más lágrimas de esa manera. Mi cuerpo se acurruca y se escurre y no sabe qué llora. No sabe bien qué es lo que limpia, pero mi alma siente esa inmensa necesidad de baldear, limpiar y escurrir hasta que el agua salga transparente.

Y ahora sigo llorando y llorando, pero ahora mi cuerpo no se contrae, sino que se relaja. Sonrío y me emociono de haber podido limpiar. A veces,  cuando uno limpia los lugares, no lo hace disfrutando porque mucho no nos gusta fregar, sacar mugre que estaba muy adherida a las paredes y azulejos. Pero después de eso, entrar y sentir ese olorcito a limpio, a energía limpia, a claridad y luz, llena el alma.

Limpiar invita a que venga lo nuevo, porque claro que todo a veces se vuelve a ensuciar. Y siempre repasamos las cosas. Pero ahora hicimos nuestros propios productos, que sabemos que funcionan y nos ayudan a que no se acumule tanta mugre. Y el agua siempre fluye, y las lágrimas siempre salen, pero cuando salen de amor, sentir que merecemos lo que tanto hemos trabajado, agradecemos que fluyan los ríos, limpios y sanos porque toda el agua tiene que ser sana y pura para que pueda ayudar a crecer.

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