domingo, 19 de octubre de 2014

Mamá

Vos sos la Luna, no el sol que ilumina mi camino. Justamente tu rol en mi vida fue mostrarme que siempre había algo más para ver de lo que nuestros ojos nos mostraban. Iluminar la oscuridad. Recién ahora me entero que la luna en Virgo es ser perfecta para la madre, pero también para el alma. Por ende sos vos, mi maravillosa madre que elegí para que sea mi maestra, para mostrarme el camino perfecto hacia el alma. Sentite orgullosa, feliz y bendecida por el universo porque si te elegí para que me muestres ese camino debe haber sido porque mi alma vio en la tuya todas las herramientas para mostrármelo, todo el amor, toda la sabiduría que siempre a tu manera me supiste transmitir.

Y viste que la vida es maravillosamente perfecta y viste que nadie aprende de la manera fácil, al menos de aquí a un tiempo aún.

Soy el reflejo de tu sonrisa, tu gesto copiado e imitado, porque al ser perfecta para vos, siempre en el fondo quise ser como vos. Quise ser libre como vos me mostraste que eras, siempre eligiendo, con prioridades claras y honestidad. Y eso no quiere decir que siempre haya estado de acuerdo con vos, al contrario, más de una vez no lo estoy ni lo estuve. Pero tu claridad y honestidad hacen que todo sea válido, que todo este camino cobre, en un abrir y cerrar de ojos, un sentido. Durante mucho tiempo sufrí por no entenderte, hasta que me di cuenta que no tenía que entender nada, sino aprender mucho.

Mamá hermosísima de mi alma, mi ser creador, mi fiel ejemplo de una bondad infinita; un amor que de incondicional se deshace en vos. Soy la continuación de tu ciclo: tu hija mujer que admira el trabajo que haces en vos y con vos, el silencio que tanto tiempo trataste de que entienda. Seguramente somos aún más parecidas de lo que muestra esta foto, seguramente en otra vida fuimos hermanas de alma.

No me van a alcanzar en la vida las gracias que te quiero dar. Es mágico que tengamos estas fotos, con sonrisa, con equilibrio. Vos con tu primer hijo, yo con tu primera nieta y mi primera sobrina. Cuántos logros, ¿no?

Cuánto merecimiento de celebración, festejo y amor.


Te amo, Mamá.

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