Es que el ruido de la
lluvia pegando en la chapa, es que el techo de madera machimbrada, es que el
entrepiso de madera, el estilo cabaña, las hojas del árbol secas afuera, pero a
la vez mojadas, la lluvia en el calor, la lluvia en el calor, la lluvia en el
calor es lo que me llevó hasta vos. Bendita Nostalgia, recuerdos de tiempos
hermosos, de olores aún vívidos en cada rincón de mi cuerpo y se me estremece el
pecho cuando todo esto empieza a suceder y empieza lo que viene muchas veces
con la Nostalgia que es el extrañar. Y es entre extrañar y volver a sentir con
placer. Casi involuntariamente se me cierran los ojos y estoy allá, en La
Caleta, en la planta alta donde estaba la pieza, pero donde pasé mi primer
verano. Mi primer contacto con vivir adentro de un mini centro de la Tierra.
Cómo no lo voy a amar, el útero que me cobijó unos pocos más de nueve meses
para darme parto, al invierno siguiente. Y estoy en ese sillón, rodeada de
lanas, de tejidos, de computadora, de celular, de mate con yuyos, de olor a
adobe, a pasto, a tierra de ahí. Estoy rodeada de Aries, debe ser por eso que
también te recordé hoy. Se viene la Luna Llena. Y era verano y vos laburando y
yo feliz de la soledad. Ese Aries Libra equilibrado. Estas pero lejos, estas
pero yo me gusto sola, también me gustas lejos. Porque amaba que no esté. A
veces amamos que el otro esté pero no esté. Y entonces estaba en el sillón, las
ventanas caseras no cerraban del todo bien, pero como hacía calor no había
necesidad de cerrarlas. Todo era barro, madera, botellas y empeño humano, deseo
ariano con Luna en Cáncer de tener el hogar, a mí manera, intempestivamente,
sin parar como a mí me gusta. Y recién hoy puedo ver cuán bendecida fui de
vivir un año y piquito ahí. Se olía tierra, se vivía con los pies en la tierra,
dentro de la tierra, tierra everywhere. Para ir a hacer pis, tenías que tocar
tierra. Volver a tocar el instinto más interno, la precariedad elegida en post
de la libertad. Tremenda disyuntiva en la búsqueda del equilibrio. Pero qué
placer. Esa imagen. Saber, solo saber que ahí no más a seis cuadras rugía el
mar. Que si querías más espectáculo solo tenías que subirte al auto y animarte.
O tan solo mojarte. Pero igual ya con la ventana, con el olor, con la energía
todo estaba sucediendo. En la cueva, una hermosa cueva de la cual todos en
algún momento tenemos que salir. No tengo el Mar a seis cuadras hoy, pero por
suerte escucho la lluvia igual que si estuviera allá, el piso hace crack cada
vez que camino descalza siento la madera, me traslado. Le doy la bienvenida a
la nostalgia, a saber que cuando lo necesite siempre lo puedo volver a buscar,
una vez conocidas las sensaciones que nos sanan, que nos revitalizan, el
Universo las pone en todos lados para que nunca las dejemos de encontrar.
sábado, 22 de septiembre de 2018
El comité del "yo" y el comité del "otro"(Luna Llena en Aries)... y la fusión inevitable (Venus en Escorpio)
Volvemos a llorar un
poco, estamos previos a la Luna Llena en Aries, unas ganas y una energía de ser
ese Nuevo Nosotros que viene desde lo más hondo, pero aprendimos que Aries se
doma (como las yeguas devoradoras de hombres, como la mente impulsiva). Aries
se puede transformar en otro tipo de instinto y no solo el salvaje. Aries es
necesario para nuestra evolución, pero esta Luna sucede justamente en el mes de
Libra. Quien obviamente es igual de necesario para nuestra evolución: Libra es el
Otro. La Soledad es altamente productiva para el desarrollo y evolución de los
seres humanos. Considero altamente recomendable una buena dosis de Soledad en
la vida. Vivir solo, un tiempo, experimentarse en el encuentro propio en todos
los estados, que no hay un ser ahí todo el tiempo que puede tentarnos con sus
energías o que podemos tentarnos a usar de depósito de cosas embolantes de
nosotros mismos. Pero también considero altamente evolutivo convivir con otro.
(Otro me refiero a otro ser humano). Así como en la Soledad casi el noventa por
ciento de las decisiones son solos, nos toca ponernos de acuerdo con el ya
mundo de miles de seres que somos habitándonos a nosotros mismos. Nos debatimos
solos entre nuestras propias estructuras: si contratamos cable, si nos la
bancamos sin; si apagamos y prendemos el calefón para ahorrar o si lo dejo
prendido porque prefiero no hacer el esfuerzo de prenderlo y trabajar un poco
más para pagar el lujo extra. Yo decido, lo cual ya es un montón en mi propio
comité interno.
Ahora, cuando viene el
otro que quizá viene y no lo tiene charlado con el comité interno propio. Si ni sabe
que tiene un comité interno. Si lo tiene y lo tiene re charlado y vos te creías
que conocías todo tu comité y te viene a mostrar que tenés tres en el comité
que te están boicoteando. Y las posibilidades son mil, pero siempre sería
genial a que cada uno tenga conocido su comité, o al menos sea consciente que
de vez en cuando tiene que echar un vistazo a sus reuniones de comité interno,
y no meterse en las de otro y viceversa. Y, sobre todo, cuando ambos comités por
separado se aprenden a manejar desde el amor y asumen que casi que tienen un
miembro de cada país y que hablan todos idiomas diferentes entonces hasta que
no aprendan a comunicarse con cada uno se su comité interno, no va a ser
sencillo comunicarse con el del otro.
Ya sé, vos me decís,
pero hasta que todo eso suceda ¿qué onda? El tema es que no es “hasta” sino que
es “mientras”. Mientras todo eso sucede, sucede la vida, cada situación hace
que conozcas al comité, el tema es que mientras sucede una cosa, va sucediendo
la otra. Y te volvés egoísta de vuelta, volvés a Aries fuerte, creés que mejor
el egoísmo o la soledad total es preferible, antes que, antes que ponerme a
tener reuniones semanales de comité que encima…me hagan pasar por Escorpio, por
la fusión, por la transformación. Porque cuando hay amor, una vez que cada uno
tiene el comité, con lo que implicó ordenarlo animarse ahora, a traer nuevas
propuestas, justo ahora que habíamos alcanzado el “equilibrio” ¿Qué sería del
equilibrio si no se desequilibrara de vez en cuando? y ¿qué sería del amor si
de vez en cuando alguien no nos estampara contra una pared y nos sorprendiera
en un beso? ¿Qué sería del amor si no nos sorprendiera sintiendo que no querés
separarte nunca más? ¿qué sería del amor si no te diera la cosquilla de
imaginarte un futuro? ¿Qué sería del amor sin el sexo? ¿Qué sería del Amor sin
aprendizaje? ¿Qué sería del Amor si no te animás? Y ahí vamos. Así de complejo
y sencillo a la vez.
Entonces, de vez en
cuando, en las reuniones de comités todos se ponen a celebrar, lloran, cantan
ríen. Siguen despidiendo viejos miembros con amor, pero incluso ya muchos se
van solos. Siguen llorando un pasado que no fue, claro, estos comités son
nuevos, recién ahora son libres e independientes, pero amorosos, súper
amorosos.
Con esta Luna Llena fíjate
qué miembros del comité son egoístas con los del otro comité y con los miembros
del tuyo propio. Fijate toda la energía y el amor que le podés poner a estar
con otro, a comprenderlo desde el corazón, a sentir que tiene un comité tan
enquilombado como el tuyo, el que aprendiste a no juzgar, entonces, un silencio,
un profundo respirar, una mirada puede alcanzar para ser todo lo que uno
necesita.
Ojalá sigamos
oscilando sanamente en este péndulos de “yoes y otros” construyendo vínculos de
aprendizaje en sano amor.
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