Luna Nueva en Géminis: pensá con el Alma
Géminis es la primera
mente. En Géminis nos damos cuenta de que hay algo que todo lo une, todo lo
asocia, todo lo vincula. Si empiezo a hacer combinaciones de materia y energía
empiezo a obtener múltiples posibilidades. La Luna Nueva, el inconsciente mejor
guardado en esa oscuridad, en esa imposibilidad de verla, aunque la busquemos y
aunque sepamos que esta, no la podemos ver. Esa Luna, esa energía sucederá en
Géminis.
Las primeras creencias
que guardamos en un cajón como mega, archi, súper seguras son las que
absorbimos en la primera infancia (Casa Tres, primera infancia,
Géminis). En el hogar primero, luego en la escuela
primaria. Sobre todo, esos siete años de escuchar como música de fondo tantas
declaraciones de verdad, de justicia, de intento de “normalizar” el mundo y
hacer que todos entendamos la realidad de una sola manera (por suerte esto ya
hace rato ha comenzado a cambiar). Aún hoy, muchas de esas creencias, siguen
con nosotros allá en el fondo del ropero, como esa caja de cosas que todavía no
queremos tirar porque nos recuerdan ese momento. Por eso aquí estamos, haciendo
este intento de en cada Luna Nueva intencionar que cada vez más cuartos de
nuestro inconsciente se vayan liberando, para que tengamos un nuevo espacio
para crear. Buscá esa creencia, sobretodo la que te da seguridad emocional, esa frase o esa manera de articular la
realidad que no te cierra, que te enoja, pero que te hace “hacer menos”. Escribila,
poné adjetivos al lado que describan cómo te hace sentir esa creencia, bailala,
transformala a cómo te gustaría que sea y plantala en estos días (el miércoles
trece ideal) en una maceta con una hermosa flor o semilla y regala para que
crezca todos los días un poco. Todos los nuevos modelos mentales que sentís que
hoy te ayudarían a no hacerte tanto problema, porque justamente al ser
creaciones mentales, muchas veces no existen.
Géminis también son
los cursos, talleres. El niño, infante, el juego, la imaginación. Géminis
desarma los juguetes y quizás nunca los vuelva a armar, solo quiere saber cómo
funciona, no necesariamente cómo arreglarlo. Por algo los autos, los mecánicos
son muy geminianos: tienen una capacidad de asociar partes muy genial,
concreta, las tienen que ver (un virginiano asociará partes “imaginarias” de un
sistema de información de computadoras). También entonces pensá si estas
haciendo un curso o taller que te súper encante, que te diviertas, que sea todo
para vos si no lo estás haciendo en el papelito intencioná empezarlo.
Géminis, ya casi por
último (porque piensen que si son las mil posibilidades podría seguir toda la
tarde), es la mismísima dualidad. El bendito sistema binario que por momentos nos tortura. Pero lo que nos
tortura no es el sistema, sino la imposibilidad de nuestra consciencia moldeada
como hasta hoy de aceptarlo tan contradictorio, paradójico y simple a la vez.
Esa es la transformación bastante
fundamental: dejar de creer que los opuestos se repelen, se eliminan, se
excluyen o no son compatibles. Son parte de lo mismo y hay que dejar de sufrir
por ello. El percibir esa dualidad como imposible de resolver (de la manera que
lo veníamos haciendo hasta ahora) nos deja nuevamente en un lugar de
imposibilidad, de carencia de poder y sufrimos, sufrimos, nos quejamos de lo
injusto que es el universo al someternos a semejante desafío
¿Podes disolver tu
juez interno que analiza cada uno de tus actos desde su dualidad? ¿Podes
aceptarte y vivir en un mundo tal donde el fuego y el agua permanezcan juntos
en un mismo lugar; donde podamos estar calmos en el momento que nos prendemos
fuego, serenos en el momento que nos inunda el agua, perceptivos y poderosos cuando
estamos bajo tierra y con coraje para volar.
Géminis, es infinito
asociar. Pero hay asociaciones, visiones y maneras de aprender que ya sabemos
que nos trajeron hasta acá y las agradecemos, pero también sabemos que el
mundo, como nosotros, se está transformando entonces tendremos que transformar
también lo que creíamos que el mundo era para poder seguir avanzando con él.
